Modelos

A vueltas con algún comentario de los dominicales, que he tenido tiempo de leer en mi desayunos, se cuestiona el modelo de todo. El modelo capitalista, el modelo cristiano, el modelo de familia... lo que aprovecha cada quien para vender otro modelo. Y mientras tanto, compramos el producto, el periódico, que es lo único que les interesa.
Pues de paso, voy a proponer yo mis modelos para todo, y sin discusión en mi púlpito, que para eso soy muy democrático y voto y gano por 1 a 0 siempre.
1º: El modelo más seguro es... que no hay modelo. La vieja concepción de que el mundo acaba por el norte en el Acueducto de Tardienta, y por el sur en Torralba, ha saltado. Todo está aquí y allá. Chinos, rusos, filipinos, budistas, sintoístas, integristas, la ablación, la cremación, los parásitos tropicales, los vientres de alquiler, la clonación, la eugenesia, la eutanasia...
2º: la convivencia es muy difícil. Si ya era complicada con nuestros iguales, ahora ni te cuento. Y si por el momento no hay problemas importantes, es porque hay mucho.
3º: en cuanto falte, ya sabemos lo que pasará: a matarnos; sano y ancestral deporte de masas. No sé si tengo razón o no, pero me gustaría ganar, y sobrevivir, claro.
4º: No existe la Verdad. Y la justicia, tiene que ser global, no sirve proscribir una cosa en un sitio y que se pueda comprar en otro. Las escalas de valores tendrán que convivir. La pederastia, por ejemplo, es un negocio floreciente en los países asiáticos, y de tradición milenaria. Y nos tenemos que aguantar. Y así, tantas cosas, lo cual no quita para que haya que luchar por lo que creas justo.
5º: Salvo que alguien le ponga remedio, al menos a corto plazo, prima el laicismo (puntualicemos: no ateo o agnóstico, ni laico, sino laicista, osea, destructor de tradiciones, creencias, costumbres no productivas, sobrenaturalidades y demás chorradas, esperemos que se salve el encierro de S. Fermín). La rectitud moral no es negocio, el vicio sí, y como digo, por el momento, a más. Ciertamente, no hay motivos para que, quien quiera, se pudra solito sin molestar con lo que elija, eso sí, libremente.
Me se ocurren tropecientasmil cosas más, que por caridad voy a dejar, ya tienes bastante para empezar. Y la ecología, pues ni te cuento, en esta cosmogonia esférica armillar ni nos la planteamos, pero forma parte del sistema de creencias (quiero creerlo) que tendrá que luchar para sobrevivir. Con los guerreros de la luz, del arcoiris, o de los calzoncillos morados, ya se verá.