domingo, 25 de marzo de 2007

Kine 2/III


Va el segundo modulo de kine. Ha vuelto a ser un tremendo éxito, aunque bien hay que decirlo, a costa de un gran desgaste personal de todos los que lo hacemos posible. Tiempo, preocupaciones, alguna discusión, más de un mosqueo, más y más tiempo y trabajo... y un chorro de pasta. Aun como ponente tenemos que poner dinero y cargar con la infraestructura técnica (mi principal papel).

He impartido una charla sobre nutrición, y les ha requetechiflado. Les he hablado de la fibra, de la producción de proteínas animales, de las drogas (con la televisión al frente) y cómo no, del azúcar y otros carbohidratos refinados. Casi me piden autógrafos.

Para el 3º módulo no tengo cometido, menos mal, no está tan cargado de teoría, haremos bastante más práctica que es lo que pide la gente, la verdad es que les freímos de kine a los pobres. Sin embargo, queremos publicar un libro, hay que meterse de lleno. El trabajo de campo está todo hecho, ahora sólo tenemos que estructurarlo, que no es ló fácil, claro.

Gracias. Como le decía a Mercedes, el día que no disfrute no estaré ahí, pero mientras tanto, genial. Casi tanto como el concierto de jazz en vivo en el tugurio que nos llevó Eusebio, aunque nos quedamos sin cenar, salvo tres champiñones al ajillo y una cañita. ¡Mira que mirarme con cara rara por pedir una copa de coñac Cardenal Mendoza, de la bodega Sánchez Romate Hermanos, con la copa caliente... ! En fin, me tuve que conformar con un ron negro cacique en vaso de vino, calentado a mano. Ellos se lo pierden.

martes, 20 de marzo de 2007

Bibliografía




Libros amenos y sencillos, son de divulgación al alcance comprensivo de cualquier persona de formación media.
- El mono obeso: José Enrique Campillo Álvarez. Ed. Crítica. Médico, Catedrático de fisiología, especialista en nutrición. Describe con criterios científicos el síndrome metabólico, causante de la diabetes, hipertensión y arterioesclerosis, y vuelve a insistir sobre lo mismo: la fibra, los alimentos naturales… Escrito en 2004, puede que sea a fecha de hoy el más completo para profesionales sanitarios (no es una enciclopedia, se entiende perfectamente).
- Comer para adelgazar: Michel Montignac: es el libro ideal para mentalizarse e introducir la fibra en la alimentación. Conozco muy poca gente que, tras aplicar sus teorías, no haya perdido un poco de peso (o mucho). Repito que está lleno de imprecisiones, sus teorías son completamente intuitivas, pero funcionan. Al cabo de un tiempo la gente se harta y retoma hábitos “contrarios” a su filosofía, pero en general se mantiene un peso razonable. Ha escrito otros libros después, que no merecen la pena, basta con éste que fue el primero. Escrito para un público sencillo.
- La ciencia de la Salud: Valentín Fuster, ed Planeta. Cardiólogo, investigador español que trabaja en los E.E. U.U. Presidente de numerosas asociaciones, múltiples reconocimientos profesionales. Tiene un enfoque un poco sesgado por su profesión (cardiólogo), pero está redactado con un gran sentido común. Casi el 50% del libro lo dedica a la dieta, y un 30% a otros hábitos saludables, como no fumar, muy poco alcohol, ejercicio moderado… es muy reciente, 2006, está dirigido al público en general y muy bien redactado, ameno.
- El equilibrio a través de la alimentación. Olga Cuevas Fernández: con sólidas bases científicas de fisiología y bioquímica, hace un buen estudio de todos los alimentos, e intenta aplicar algunas filosofías orientales para su mejor comprensión. Os he adjuntado el capítulo de los lácteos. También se entiende bien con una mínima base científica.
- La fibra en la alimentación. Dennis P. Burkitt (descatalogado), descubridor asimismo, entre otras cosas, del linfoma de mandíbula que lleva su nombre, primer cáncer que demostró inducido por un virus, trasmitido por un mosquito (virus de Epstein-Barr). Publicado en su versión inglesa en 1975, en España en 1990. Sencillamente increíble, aunque a estas alturas ya no aporta nada, excepto la excepcional capacidad de trabajo y síntesis del autor. Es simplemente mérito histórico.

Decálogo de la comida

Este es el resumen de una larga charla de unos 50 folios que he preparado para impartir en el curso de Kinesiología, que se celebra este viernes. Todos los puntos son adecuadamente explicados en dicho texto, pero a modo de resumen, espero que te aprovechen y que no se te indigesten.
1º: come menos. Es inevitable, si no maldición, que en la época de la abundancia no estemos preparados para soportarla, por lo que debemos pasar un poco de hambre. Empezar las comidas con fruta ayuda un poco.
2º: alimentos lo más naturales e integrales posibles, producidos cuanto más cerca mejor, de temporada, y que no sean clónicos, es decir, que su aspecto sea irregular (grandes/pequeñas; maduras/verdes). Si tienen gusanos u hormigas, mejor, los quitas, o algo de tierra, la lavas. Si los huevos tienen excrementos de gallina (está prohibido venderlos así) mejor. ¡Cuidado con hacer esto de golpe! y es inevitable alguna indisposición pasajera. (evidentemente estoy exagerando, pero esto es lo que hacía yo de pequeño, y el 99’9% de la humanidad hasta hace 100 años, hoy sólo lo hace el 80 ó 90% de la humanidad).
3º: Productos de origen animal: poco, muy selectos, y procedentes de animales “felices” (¡viva el jabugo!). Evita pescado de acuicultura (trucha, salmón, lubina, dorada, rodaballo, rape y últimamente el atún) aunque el de anzuelo está prohibitivo… ¡viva la sardina!
4º: lácteos: cuanto menos, mejor, y si es el caso, yogures o algo de leche fresca pasterizada (en vías de desaparición) de vacas que anden (más escasas aún). Elimina totalmente la asociación de leche = salud, implantada a través de la publicidad. Cuanta menos leche, mejor, sobre todo a los niños. Los lácteos azucarados con los que les atiborramos son veneno puro.
5º: elimina el azúcar (tampoco integral) y las harinas refinadas de tu dieta (vaaale, es imposible, inténtalo al menos).
6º: Cuando tengas comidas en restaurante, te recomiendo dos primeros platos y prescindir del postre dulce.
7º: Vicios: pocos, y caros. Vino muy poco, tinto y de calidad. Tabaco, nada, o algún purito esporádico. Café, chocolate… conviene sujetarlos.
8º: incorpora el ejercicio físico a tu vida diaria. Olvídate de la televisión; en su lugar, habla con los demás, cultívate en relaciones personales. Hazte de alguna asociación cultural, una ONG… dá algo sin pedir nada, te hará muy feliz. Por supuesto, surgirán conflictos que deberás solucionar, la tele anestesia el intelecto. Superándolos, crecerás.
9: Agua: existe una gran controversia. Yo recomiendo, salvo situaciones especiales, beber un poco más de la que apetece. Si se toma agua del grifo, instalar un filtro depurador (los decentes cuestan entre 300 y 600 €). En ciudades determinadas (casi toda la costa mediterránea) procurar tomar mineral o poner filtros buenos.
10º: A veces parece que justifico la regla: “cuanto más rico y sabroso, peor”. Si lo haces todo, genial, irás al cielo enseguida. Pero si te conformas con dos o tres reencarnaciones más, de vez en cuando…: ¡alegría al cuerpo!. Celebra con los demás las cosas y no des la nota asceta como he hecho yo un tiempo, no compensa. Además, se te hará más llevadero, cuesta bastante esfuerzo hacerlo todo.

domingo, 18 de marzo de 2007

NUTRICIÓN: c) prótidos

Si de algo nos pasamos de verdad, es de proteínas animales. Atendiendo a los registros históricos, hemos multiplicado su consumo de una forma tremenda. Gracias a eso posiblemente somos mucho más altos, fuertes, vivimos bastante más y somos más inteligentes. Sin embargo, (provervio chino) todo lo que tiene cara, tiene cruz. Y cuanto más grande es la cara, más grande es la cruz.
Respecto a las proteínas, que yo sepa, no puedo dar opiniones tan apocalípticas como de los hidratos de carbono refinados. Es posible que produzcan metabolitos difíciles de procesar, aunque por el momento, mis ideas van por dos frentes:
: que la producción de proteína animal supone un costo entre 10 y 30 veces mayor, medioambientalmente hablando, que producir proteínas vegetales, lo cual ha causado grandes desastres de deforestaciónes y desertización de tierras por sobreexplotación; pesca a unos niveles difícilmente renovables hoy en día, con grave deterioro de todos los nichos ecológicos marinos; destrozo de los fondos de las plataformas continentales, por arrastreros, que pillan todo lo que se mueve a la bodega, lo trituran, desecan, y lo incluyen en los piensos de engorde de pollos o cerdos (consumen mucha proteína, a diferencia de los rumiantes) o de la nueva modalidad de producción, la acuicultura, que está produciendo graves daños directos e indirectos; grandes extensiones de cultivos de cereales y leguminosas transgénicos, que son lo único que consumen los animales destinados a consumo humano; Para personas, momentáneamente está limitado su uso, pero no creo que tarden en caer esas barreras. Los cultivos transgénicos desconozco los efectos que pueden tener a medio o largo plazo, pero por el momento han producido grandes desastres económicos en países que cultivaban variedades milenarias de cereales que han desaparecido arrasadas por las "supuestas" ventajas de los nuevos transgénicos, cuyas semillas deben comprarlas fundamentalmente a empresas americanas...
: Aparte del aceite de oliva, las grasas que tomamos proceden fundamentalmente de los animales, bien directamente en la carne (entre un 15 y un 30%) o en usos secundarios. Desconozco si el problema estará en la fibra muscular, aunque sospecho que es en la grasa, los productos derivados de animales "maltratados" sospecho que son perjudiciales para la salud humana.
Por "maltratados", entiendo a aquellos animales que a poco de nacer son separados de la madre, tratados como objetos industriales, atados o recluidos en un mínimo espacio, alimentados por máquinas, con productos que nunca habían formado parte de su dieta, con hormonas, antibióticos, desinfectantes, tranquilizantes para que discutan y se muevan menos... No sé quién está más loco, si las vacas o nosotros. Por tanto, recomiendo:
- come mucha menos proteína animal, casi la mínima expresión.
- procura que proceda de animales "felices": que vivan en un entorno natural, que anden, les dé el sol, la lluvia de vez en cuando, coman la comida que han tomado desde hace siglos, y les cuiden personas que les aprecien y les valoren, y sean sacrificados cerca de su lugar de origen y a su debido tiempo. ¡Viva el Jabugo y las sardinas!.
- págalo; cuesta bastante.
- fomenta la conservación de los hábitats naturales, la cría en dehesas (agricultura extensiva) o la pesca sostenible, con certificado de origen.
Y por fin, que te aproveche. En la próxima cita, reglas generales de nutrición. Una de las más importantes, es que disfrutes de la comida y de que procures hablar durante ella de cosas positivas. Aleja de tí los pensamientos negativos, envenenan lo que comes.
Y otra regla general: agradece tener la comida delante. La casi totalidad de las tribus primitivas lo hacen, y nosotros también bendecíamos la mesa hasta hace bien poco. Si no quieres ir muy lejos, agradece a la comida que esté ahí delante, y a todos los que, con su trabajo, lo han hecho posible.
El próximo post, el postre.

miércoles, 14 de marzo de 2007

NUTRICIÓN: b) lípidos


Las grasas forman parte imprescindible de nuestra dieta. Dicen que entre un 10 y un 20% de las calorías totales (considerando válido el esquema "calorías"). Hoy en día, la moda "ligth", ignorando la calidad de dichas grasas y equivocando su procesamiento metabólico, insiste en reducir al máximo la fracción lipídica de nuestra dieta.

En el área mediterránea, el aceite por excelencia es el de oliva, su zumo exprimido por medios naturales, si la utilización de disolventes, lo que se conoce como Virgen Extra. Durante un tiempo, arrastrados por intereses espúreos, potenciamos el aceite de girasol, soja, las margarinas vegetales... Afortunadamente las aguas han vuelto a su cauce.

Montignac dió la voz de alarma, con teorías carentes de fundamento científico, pero de una lógica razonable. Consumir simultáneamente azúcares y almidones refinados junto con grasas (sin pararse a fraccionar su procedencia) producía obesidad. El libro de "El Mono Obeso" recientemente comentado aporta algunas bases científicas que pueden servir, aunque aún queda un largo camino para adaptar la lógica y la ciencia. Como de costumbre, la ciencia vá bastante por detrás de la lógica, aunque afortunadamente nos sirve para desmontar falsos ídolos, que de todo hay. En todo caso, uno de los mayores pecados de la ciencia, cómo no, es el absolutismo. Lo que no pueda demostrar, reproducir, y si me apuras vender a buen precio, no existe. Quien fundó esta doctrina, el método científico, nuestro bienamado Rene Descartes, emitió un primer escrito diciendo que el hombre tenía una faceta espiritual y otra corporal, íntimamente relacionadas, y que no se concebía el estudio y desarrollo de una sin la otra.

Afortunadamente también, nuestro buen Papa Bonifacio le mandó un amable mensaje diciendo que no, que el alma no tenía mucho que ver con el cuerpo, sino con la mente, y que este aspecto era patrimonio exclusivo de la Iglesia, no de la ciencia. Le exhortaba a estar de acuerdo con él, o de lo contrario le quemaba, por lo cual debió de decir algo parecido a "Eppur si muove" de Galileo a Urbano VIII (no me lo sé, que lo he mirado en google) y tiró para adelante. Por tanto, y hasta hace muy poco, que se ha empezado a estudiar el cerebro en serio, el cuerpo y la mente son dos entes distintos que no tienen nada que ver.

Freud, Adler y Jung también intentaron relacionar la mente y las enfermedades somáticas. El propio Freud ya describió las regresiones, joya que descubriremos rápidamente, si no nos explota en las manos, aunque la comunidad científica estaba muy verde todavía para asimilarlo. Tras unos cuantos patinazos, dejaron a la sociedad de lado y se pusieron a investigar ellos solitos este aspecto. La somatización emocional. Aún no han salido a la luz todas sus conclusiones, que, como pioneros que fueron, adolecían también de grandes defectos y lagunas.

Pues Señor, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, me he ido por las ramas. Por las ramas del aceite de Oliva, oro verde que espero seguir disfrutando muchos años.

Las grasas animales, por otra parte, muy saturadas como se sabe, son especialmente perjudiciales si se toman en exceso, sometidas a altas temperaturas y si además, proceden de animales "infelices", maltratados, atados toda su vida, sin andar, sin que le de el sol, sobrealimentado con productos extraños, alejados de lo que, tradicionalmente constituía su dieta natural. Estas grasas y de esta forma producen importantes problemas de salud.

Bueno, ya lo he dicho casi todo. Lo que falta lo tienes que decir tú. ¡Ánimo!.