Algunas de las predicciones me parecen utópicas, como hacer un "volcado" de la mente, pero el concepto central creo puede ser acertado. Merece la pena reflexionar sobre ello.
El conocimiento es el reconocimiento de la verdad que la naturaleza nos muestra (leído por ahí).
Los lectores preguntan a Eduardo Punset¿Llegaremos a leer la mente?(Ezequiel Hernández Massó. Correo electrónico)
Los economistas utilizan el vocablo ‘exponencialmente’ cuando la curva representativa de un proceso da un salto arriba o abajo que la aleja por completo de la tendencia a medio plazo. Miren lo que ocurre con las predicciones del cambio climático. Las personas callan ante las funestas perspectivas que anticipan los expertos, pero piensan que son unos falsos agoreros: «Cambios de esa intensidad se han producido ya en el pasado», piensan. «Pero nunca se habían producido tan aprisa –replican los convencidos del cambio inevitable–. Y, al contrario de lo que ocurría, parte de la culpa hoy la tienen los humanos, que no paran de envenenar la atmósfera.» Hay otro cambio exponencial anticipado del que no habla nadie y que, sin embargo, tendrá unas consecuencias tan generalizadas y de mayor impacto en la mente de las personas que el cambio climático. Pocos pero reconocidos expertos de gran prestigio internacional dan por seguro que en los próximos cuarenta años se producirá lo que ellos llaman «una singularidad».
¿Qué quieren decir con ello? Sencillamente, que la línea de tendencia que refleja el crecimiento de la capacidad innovadora de la especie humana se disparará hacia arriba hasta niveles insospechados. No sólo se trata de que cualquier ordenador de menos de mil euros tendrá mayor capacidad de memoria y gestión que miles de cerebros humanos juntos, sino, primordialmente, de que la evolución biológica se fusionará con la tecnología en una singularidad irreconocible. Mediante nanorrobots circulando por nuestra sangre llegaremos con una precisión nunca soñada a la fuente del mal. El envejecimiento tal y como lo conocemos será un hecho del pasado. Hasta ahora la mente de una persona, el software de la vida, dependía del hardware; cuando éste desaparecía, el contenido de la mente también. El conocimiento del funcionamiento del cerebro permitirá anticipar lo que piensan los demás y cuáles serán sus decisiones conductuales. Y descargar el software en otros soportes. Máquinas replicantes más inteligentes que los humanos: a pesar del pesimismo circunstancial que embarga a los especialistas en robótica, ¿alguien cuestiona que en diez años contaremos con robots en los hogares que habrán asumido todos los menesteres caseros? Conoceremos la naturaleza de las emociones y habremos aprendido a gestionarlas; cosas tan sencillas como distinguir entre la ansiedad, imprescindible para alertarnos de un desafío, y el pánico aterrador, que paraliza el crecimiento. ¿Alguien se acuerda o ha aprendido alguna vez que –al contrario del resto de los mamíferos– los humanos tenemos emociones mezcladas, podemos amar y odiar al mismo tiempo? La mosca del vinagre nos habrá revelado todos los secretos de la memoria, de los sueños y, por lo tanto, del aprendizaje necesario para transformar el mundo. Con eso bastará para que la vida individual y la organización de los colectivos humanos sean irreconocibles cuando se las compare a lo que son hoy. Bastará con que vayan aflorando las tendencias apuntadas.
Pero algunos expertos prevén que los avances enumerados sacudirán las conciencias de tal modo que, si somos capaces de superar los límites impuestos por la velocidad de la luz a la hora de explorar el universo, podremos desprendernos de los condicionantes biológicos y confiar plenamente en los tecnológicos. ¿Por qué desconfía la gente más de estos últimos que de los primeros? ¿Por qué millones de años de mutaciones aleatorias expresadas en el curso de la selección natural arrojarían resultados mejores que los diseñados por una mente, también natural, pero inteligente?
2 comentarios:
Me parecen muy interesantes las reflexiones de tu blog.Víctima de similar desasosiego,intuyo en tus desasosiegos los míos.Aunque haya gente que no lo entiende así.Hoy hablan de eso en http://elsubmarinobajoelgrifo.blogspot.com
Saludos
Alfredo
Querido Alfredo, me remito al blog referido, si eres su autor. Un abrazo y gracias, no sólo por estar ahí, sino por manifestarte.
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