jueves, 15 de mayo de 2008

Aburrimiento


Parece que ando falta de ocurrencias últimamente. La política no me dice nada nuevo. Los terroristas de ETA andan cada vez más aislados, aunque desgraciadamente es muy fácil fabricar y colocar bombas. Los filósofos no han inventado nada nuevo (por decir algo, leí el otro día que uno opinaba sobre la religión: era un virus contagioso...) Los dentistas tampoco parece que vayan a pasar a la historia como gremio.
Sin embargo, un amigo cercano tiene un cáncer de pulmón, ha muerto mi tío Joaquín, y me encuentro en una encrucijada profesional (no sé ni porqué junto estos tres enunciados). Si no me muevo pronto, mi negocio corre el peligro de anquilosarse. Llevo tiempo buscando local, pero es complicado, supone un salto al vacío importante, hay que pensárselo mucho, pero hay que estar preparado, y cuando se vea la ola, tirarse, no hay otra forma de hacerlo. Esta mañana leía también a Paulo Coelho, sobre su proceso creativo de escribir, caótico e incontrolable. Guste o no, es así y punto, no le sale de otra forma.
A veces parece que más que vivir, viajamos en un tren, por unas vías cuyas intersecciones alguien maneja por nosotros, viendo pasar alrededor la vida como los árboles por la ventanilla. Menos mal que, por lo menos dentro del tren podemos movernos y cambiarnos de asiento. Y saludar a los que pasan. Y tomarnos un bocata en cafetería. Y...

2 comentarios:

Poplop dijo...

Un día uno va a bañarse y el río ya no es el mismo, así que toca cambiar si uno quiere seguir bañándose

Pele Ón dijo...

nunca es el mismo río ni la misma persona