las distancias entre las llegadas y salidas son kilométricas, los recintos de espera de las mismas son desangelados, fríos y absurdos. Las entradas a las diversas zonas son absolutamente caóticas, en zig-zag, no hay manera de aclararse, las zonas de servicios están completamente dispersas, los aseos no cabes con maletas, las tiendas han cerrado prácticamente todas, los autobuses de llegada llegan a salidas, los de marcharse parten de llegadas, no se sabe hacia dónde se dirigen (el sentido de marcha) las varias lineas, cada una con la parada en una punta de la estación, ni los sentidos de circulación. El flujo, tanto de peatones como de automóviles es completamente anárquico e imprevisible, el parking es muy difícil de entrar, de aclararse, de acceder a los andenes o al propio vestíbulo, la señalización es prácticamente inexistente, todo está en comunicación aérea con los andenes (hasta hace poco, aún había automotores y el olor a humo era muy desagradable, ahora sólo hay ruido, gracias) y no hay manera de climatizar nada, está especialmente reñida con las personas mayores o de movilidad reducida, sobredimensionada y, puestos a incordiar, tiene goteras y las baldosas del suelo rotas y bailan. Menos mal que el señor de la tienda de periódicos es amable y culto, le he comprado el Qué Leer y controlaba, el tío, no sé si será catedrático en paro...
¿Qué he hecho yo para merecer ésto?
5 comentarios:
¡Eso, eso! En los aseos no se cabe ni con bolsas
¿quien es tiamarisa?
Si metes Tiamarisa en el traductor simultáneo de gogel, pone que tiamarisa es tiamarisa, Tiamarisa.
bsss
Vale, ya me queda clara mi identidad... hasta que no lo he traducido con google no estaba muy segura.
¡ya puedo meter tontadas en los blogs!!!
Cuéntanos lo del glutatión reducido, con su gran afinidad por otros glutationes
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