jueves, 4 de septiembre de 2008

Toros

Navarra es pródiga en fiestas taurinas, capeas, vaquillas, encierros... en las que todo el mundo, con la sensatez suficiente, puede torear el peligro y la emoción en vivo. Son festejos muy antiguos y arraigados en la cultura popular.
Sin embargo, este verano ha sido relativamente trágico, con dos muertos y muchos heridos (la mayoría leves, claro, pero hay 20 ó 30 fracturas óseas) . Es un fenómeno extraño, y creo que probablemente pronto se lo cercará y acorralará, valga la expresión campera, porque nos civilizamos poco a poco, para bien y para mal (puede que sea ésta una de las expresiones más comunes en mi blog, yin y yang). En otras partes, los jóvenes demuestran lo valientes que son conduciendo bebidos, o liándose a tortas... cuando no se aburren soberanamente. La vida es riesgo, y todos tenemos que tener la oportunidad de hacer alguna tontería de vez en cuando, de nuestros minutos de gloria, de prueba de nuestra habilidad y hombría, y no con el fútbol, sino de verdad.
Ya sabeis que no soy especial partidario de los toros, pero los defiendo. Es como decía, que los nórdicos, tras unas fuertes campañas contra el tabaco, están muy contentos, fuman mucho menos y se suicidan un poco más; han dejado de hacer campañas y abierto la permisividad.
La vida se vive viviendo, y los toros son un buen exponente de ello, hispánico de lo más. Y que duren.

1 comentario:

Tordon dijo...

Yo tampoco tengo nada en contra de los toros, por lo que procuro mantenerlos alejados de los hombres.