lunes, 8 de septiembre de 2008

Los apetitos

Palabra inherente a la naturaleza humana, ligado a la esfera material por antonomasia. Me gustó la palabreja, y me dispongo a disertar un poco, a ver qué sale.
Un dicho antiguo: para el hombre, el amor son sus alas, y el deseo su yugo. Pero como empiezo cuando hablé de las drogas, los apetitos son geniales, son la base del deseo y de la proyección a futuro. Pensar que el mundo se pueda mover sólo por amor, y encima del platónico, es correcto, en el Monasterio de clausura de Tulebras o de Leyre, pero en pocos sitios más. Si no nos ponen la zanahoria delante, correrá su abuela.
Vaaaale, lo voy a decir: en el punto medio está la virtud. Si tomamos de lo que sea hasta saciarnos, es que nos hemos pasado. Podemos hacerlo alguna vez, pero no sistemáticamente. Y nos podemos pasar también por defecto, no te lo pierdas, porque mortificarse un poquito con la abstinencia tampoco me parece mal, pero de ahí al cilicio mental...
¡Qué curioso! Como de costumbre, la solución la tienes tú, no yo. Aunque algunos optan por la solución de la obediencia ciega y absoluta, pensando que así los pecados los cometen sus superiores.
Para esta entrada, no se me ocurre otra foto que de tetas y culos, así que mejor me callo.

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