Batiburrillo de siglas, tras las que se esconden, sobre todo para el que no quiere verlo, intereses, amigismos, partidismos, y sobre todo, un mundo. Posiblemente en el club de jubilados de la esquina y en mi querido colegio de dentistas hay los parecidos manejes, pero con más respeto y sin afectar a tantos. En todas partes cuecen habas, y en mi casa, a cucharadas.
Existen quienes piensan que la política es sucia, que no merece la pena votar, que no lo vamos a arreglar nunca... También el avestruz adopta la conducta de esconder la cabeza ante el problema (mito falso por otra parte).
Sorprende por ejemplo que los plastas de siempre (HB o sus sucesores, ANV) siguen teniendo seguidores. Será porque la gente sólo vé los muertos de ETA, y sólo por eso merecerían ser excluídos (y casi lo han sido) del panorama electoral, ¡ya huele!. Sin embargo, si se lee el programa electoral, se miran sus electores, sus electos, y su mundo, es evidente que son personas y que discurren y que su mundo es bonito, aunque las formas les pierden a veces, y lamentablemente se dejan representar por unos desaprensivos (¿y nosotros no?). Ayer compré un bote de miel estupenda, barata, de un productor abertzale, con los datos del lote y fecha de caducidad escritos a boli. Eso es producción artesana y no lo que dan por ahí. Los pescadores arrantzales, las granjas y vaquerías, los artesanos sencillos... están siendo arrasados por nuestro "sabededónde way of life". Eso es dumping, y nada de encubierto, sino descarado.
Y no me he metido con los chinos y sus negocios, ahí sí que hay paño que cortar. Y si seguimos basando la felicidad en el consumo, no cabe duda que ellos serán los dueños del mundo en menos de 30 años.
1 comentario:
Pensar es malo... más vale que no lo hagas mucho.
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