viernes, 11 de mayo de 2007

La energía

Pocas culturas hablan bien de la pereza; para todas, es un camino seguro hacia la degradación de la persona. Pues bien. La energía (petróleo, carbón, madera, electricidad…) y la comida fácil (producción de proteínas animales a costa de la sobreexplotación de recursos naturales) conlleva a medio plazo frío y hambre para toda la humanidad, provocada por la avaricia colectiva, el rechazo a ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente, y a padecer un mínimo de “incomodidades domésticas”. Por energía matamos, y si no, que se lo pregunten a los iraquíes.
Expertos en ingeniería han calculado que las civilizaciones griega y romana fueron capaces de ser el referente cultural único en la historia porque, además de que existieron personas capaces de pensar, había aproximadamente unos 10 esclavos por hombre libre. Pues bien. Hoy, en nuestro medio, en equivalentes energéticos disfrutamos aproximadamente de unos 30 esclavos, que realizan el trabajo por nosotros en forma de máquinas, abonos agrícolas, plásticos… (hace unos años, posiblemente ahora serán más).
Necesitamos cansarnos, necesitamos hacer ejercicio. Hace 100, quizá 50 años, casi todo el mundo acababa físicamente cansado su jornada. Los trabajos tenían un componente mecánico, los productos caseros había que acarrearlos, prepararlos, las casas se limpiaban con esfuerzo, se andaba al cole y al trabajo... Hoy en día el pan se gana sin sudor de nuestra frente.
Necesitamos cansarnos, repito. Igual me dá que sea en un gimnasio, que en el huerto, que paseando. Lo único importante es disfrutar con ese esfuerzo, y si además, realizamos alguna tarea útil: limpiar, recoger, ordenar... y no precisamente nuestra casa, sino la ribera del río, el jardín de mierdas de perro... mejor. Recibir alabanzas de los demás forma parte muy importante de nuestra personalidad, necesitamos sabe que los demás aprecian nuestro trabajo, nuestro ser, hasta que estemos suficientemente maduros para hacerlo sin más recompensa emocional que la propia autoestima.
¡Hala, venga!. ya he terminado esta entrada, vete a paseo.

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