El sistema capitalista juega un poco a eso. Hasta no hace mucho, la administración, garante de la convivencia, procuraba que el devenir de los movimientos y actividades sociales y mercantiles no supusiese graves perjuicios a las minorías o desfavorecidos, otorgando subvenciones, ayudas, compensaciones... Los recortes se limitan a eso: a adelgazar al estado, además de ponerse al día en la balanza comercial, que falta hacía. Al que se lo curra, premio, y al que se lo fuma, colleja. Muy simple, justo, tradicional y efectivo, en la parte media de la gráfica, pero muy duro en los extremos: alienta la cultura del pelotazo, y a veces te cae un marrón que te arruina la vida, sin merecerlo. Ç'est la vie...
Lo más importante: acostumbrarse y ser coherente, no pedirlo con una mano (ayudas y subvenciones) y rechazarlo con la otra (recortes).
No hay comentarios:
Publicar un comentario