Leo en un blog (hay que ir introduciendo ya a la familia política) un comentario sobre los comentarios de una noticia comentada a propósito de la degradación del litoral. Y en realidad (el comentario al post es mío) el problema, como enuncio, es que no somos realmente conscientes del problema.
Cuando enunciamos un problema; por ejemplo en términos estrictamente matemáticos, un postulado clásico: "tenemos que ganar el mundial" la sociedad se pone en marcha unánimemente, los media arengan a las masas, los políticos se ponen la camiseta, y todos ponemos lo que haga falta para ello y se destinan los recursos oportunos, además del ambientazo que se organiza en el bar de abajo y corren los pacharanes etiqueta negra. Lo más alucinante, he visto algunas banderas rojigualdas (¡y olé!) por la calle y en balcones, que hace un tiempo (bastante, todo hay que decirlo) habría corrido la sangre.
Pero mientras nos importe un web y la yema del otro la degradación del litoral, la deforestación, los acuíferos y tantas otras cosas, seguiremos como hasta ahora, que el que venga detrás, que arree.
Osea que, hay que empezar por el principio. Por donde duela, y en vez de aplicar bálsamo, echar vinagre.
1 comentario:
Quizas todo esto es porque simplemente preferimos ser felices. Me explico, preferimos poner nuestras energias en apoyar a la roja (proceso ke pasa por una reunion con amigos en el bar y algunas discusiones sin mayor acaloramiento sobre el 11 inicial) a luchar por problemas mas graves. La pertinente concienciacion de lo ultimo nos provocaria la consecuente desilusion al darnos cuenta de la gravedad e importancia del problema y el consiguiente stress, preocupacion, e infelicidad por acernos cargo de esa lucha. Para ke ir por ese camino si, en vez de eso, uno se puede "preocupar" por si ganan el partido unos senhores vestidos de unos colores determinados sobre otros?
Otra manera de resumirlo: irresponsabilidad social=mayor felicidad
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