miércoles, 6 de enero de 2010

Confianza

Próximo artículo enviado a la revista del gremio. Endurece un poco, y me he tenido que contener para no nombrar a V... (el Voldemort de los dentistas). A ver si les gusta, a mi si.
Que os aproveche. Un saludo.

LA CONFIANZA

Proponiendo una definición acorde a los tiempos, podríamos definirla como el motor de búsqueda más potente y fiable que existe. Ni se compra ni se vende, sino que se regala ¡y! (más importante aún) se acepta. Nadie rechaza un regalo (mejor dicho, un buen regalo). Y en este caso, el verdadero regalo es aceptarlo.

Sin embargo, admite otras propiedades; por ejemplo, se puede disfrazar, generalmente con técnicas de imagen. De esas trampas también te hablaría, pero desborda este soporte, y generalmente no resisten un análisis crítico de alguien acostumbrado a pensar. Y uno de mis mayores anhelos es eso: que pienses, y no te tragues las cosas sin masticarlas, valga el símil estomatológico. Aunque es imprescindible un mínimo de todo, no te digo que hay que tener a los Santos sin vestiduras. Pero cuando te subas a un sitio, mira antes la peana, que desde arriba no la verás, te ahorrarás algún trompazo.

Cuando compramos cualquier objeto de consumo, lo que nos apostamos en esa mano de juego es dinero. Mejores o peores prestaciones, precio adecuado, y una razonable garantía de servicio que en el caso de los bienes muebles viene determinado por leyes y especificaciones técnicas bastante definidas. Pero ¡ay! el arte dental como se titulan nuestros vecinos del norte. Es un intangible, que se dice, como la confianza. Y ya sabes que como la honra, toda la vida para guardarla, y un ratico p’a perderla.

No escribo precisamente poesías en este foro (en algún otro, si). Me gusta la polémica, y quiero resaltar que, la presencia de una buena dosis de confianza aporta un valor añadido (término mercantilista) que aumenta la satisfacción del servicio recibido. Osea, un paciente confiado paga más y mejor, que es lo que le interesa a muchos (a mi también, ¡qué te crees!). Seguro que no te descubro nada, pero conviene recordarlo. Y de un tiempo a esta parte, todo lo que te he dicho antes, está siendo peligrosísimamente minado por quien tu y yo sabemos: Tanto las grandes compañías, como algunos compañeros. Quitar los piños para poner implantes, por ejemplo, está MAL. En mi pueblo por lo menos. Emitir publicidad engañosa y destrozar las bocas y los bolsillos de la gente, ESTÁ FATAL. Si me lo hace un compañero que no tiene dónde caerse muerto, pues vale, pero cuando lo hace una de las mayores fortunas de España, y para tener más aún, pues como comprenderás ese señor se merece bastante más que que le señalen con el dedo por la calle. Y lo malo es que lo hace con mi prestigio, con el buen nombre de mi profesión, con mi buen hacer y con medias verdades, osea, mentiras muy gordas, por muy bien diseñadas que las tenga. No tardarán mucho en darse cuenta de que “eso” no son dentistas como yo, pero mientras tanto, nos llenan a todos de porquería.

Durante mi paso por la comisión Deontológica, no me dolieron prendas en dictaminar contra mis compañeros cuando el caso procedía, y lo sigo haciendo a título individual cuando se tercia (que son las menos). No niego que todos podemos tener un fracaso (que no error, hay que dejarlo siempre muy claro) pero cuando las cosas vienen una detrás de otra, tienes que pensar que no es casualidad. Y rebelarte y luchar contra ello. Con palabras y actos. Individual y colectivamente. Y recuerda que los colegios se fundaron, hace más de un siglo, para proteger a la propia Sociedad de los desmanes de los indocumentados y de los propios colegiados.

No sé si te fiarás de todos los dentistas, pero yo, no. Y lo digo ante quien me quiera escuchar. Y si seguimos callando, entraremos en la categoría de cómplices, y nos pillarán fijo, es cuestión de tiempo. En todo caso, mis últimas palabras no quieren ser negativas, sino de confianza en el futuro. No te creas que el pícaro gana, sino más bien lo contrario, la vida suele devolverle las cosas y con intereses. Y cuando no, mejor aún: la muerte.


2 comentarios:

xto dijo...

para bien o para mal vivimos en una sociedad que aprende a base de golpes y no aprendemos que nada se te da regalado. Cuantos pacientes me vuelven despues de haberlos extraviado temporalmente con el rabo entre las piernas contandome que fueron a ..... y que una profilaxis por ejemplo GRATIS SI pero lo unico que le pasaron fue un cepillo y eso si que tenia un problema peridontal muy serio y tenia que hacerse raspados. O un diente con una movilidad grado I que eso estaba desahuciado y que lo mejor era quitar e implante. Menos mal que la gente aunque no lo parezca piensa y pide una segunda opinion.
A ver explique eso de que regala un empaste a sus seguidores ...
por supuesto estetico no????

Feliz entrada al año 2010 que vera que sera mejor y la competencia poco a poco caera

Mery Jane dijo...

Excelente artículo peleÓn. Todo esto se podría aplicar más o menos a todas las profesiones médicas y similares, y supongo que a todo en general.
Y estoy de acuerdo contigo en aquéllo de que no tengas pelos en la lengua para desprestigiar si hace falta a quien lo merezca, por muy colega de profesión que sea.

Saludos y feliz 2010!