domingo, 29 de marzo de 2020

MI QUINIELA

Para mejor comprensión de esta entrada, recomiendo leer previamente ésta otra. Esto es lo que le contesto: 

  1. El confinamiento completo durará unos 2 meses, ósea, hasta mediados de mayo. Es posible que el 2º mes se relaje ligeramente. Como médico epidemiólogo (muy obsoleto, aprobé la oposición el año 82 pero me encuentro en excedencia, por no decir en casi abandono desde entonces que me centré en los piños) creo que con medidas de higiene y aislamiento social, perfectamente se podría empezar a retomar la vida ese 2º mes. Supondrá un pequeño repunte de contagios, vale, asumámoslo. Y agradecidos.
  2. Pandemia, bichos y oleadas: predicciones imposibles, también asumámoslo. Nuestro Dios también es el Dios del coronavirus (léete a Dawkins, “El Espejismo de Dios”, lo tengo en PDF mal traducido, me lo volví a comprar legal en Kindle).
  3. Tejido empresarial: lo tenemos muy tocado, China tiene todas las papeletas para aprovecharse. Necesitaremos proteccionismo a lo Trump. Y uno de los remedios es, frívolamente, spend spend y spend con un poco de cabeza, nada de chinadas, gastar y disfrutar de personas, no de cosas. Luego ya veremos, pero cuando el dinero se mueve muy deprisa, parecemos más ricos. El pueblo tendrá que aprender también los conceptos de “inversión” y “gasto”.
  4. La vida A: momentáneamente como dices se mantendrá la ilusión de recuperarla. Nuestros dirigentes políticos deben de articular medidas inteligentes. Obviaré por el momento mi opinión sobre la inteligencia de nuestros dirigentes hasta ver esas medidas. Por supuesto, y basado en muchos parámetros, coincido que para un 15-30% de la población será imposible retomarla, ni reconvirtiéndose.
  5. La vida B: también coincido; dolerá, pero a la fuerza ahorcan. El campo, evidentemente, absorberá parte de la fuerza laboral. La renta básica… vale, pero muy básica.
  6. La vida C: espiritual. Una adaptación psicológica, emocional, religiosa… tendremos que elegir maestros, pocos pueden ser de sí mismos. Necesitaremos valores, dado que los bienes de consumo ni tendremos ni podremos ni el mundo puede, a ver si les convencemos a los que vienen detrás.
  7. Ya sabes que soy pro-catastrofista como tu. El déficit alimentario es solamente uno de los riesgos que nos amenazan, hay muchas profecías de apocalipsis que, sin llegar al exterminio (casi imposible) acechan. Si falta el petróleo no estoy tan seguro, pero si me falta de comer, mataré, tenlo presente.
Gracias por su atención, servidor de usted cuya vida guarde Dios muchos años (reite, reite, pero yo lo he escrito bastantes veces).

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