- El confinamiento completo durará unos 2 meses, ósea, hasta mediados de mayo. Es posible que el 2º mes se relaje ligeramente. Como médico epidemiólogo (muy obsoleto, aprobé la oposición el año 82 pero me encuentro en excedencia, por no decir en casi abandono desde entonces que me centré en los piños) creo que con medidas de higiene y aislamiento social, perfectamente se podría empezar a retomar la vida ese 2º mes. Supondrá un pequeño repunte de contagios, vale, asumámoslo. Y agradecidos.
- Pandemia, bichos y oleadas: predicciones imposibles, también
asumámoslo. Nuestro Dios también es el Dios del coronavirus (léete a
Dawkins, “El Espejismo de Dios”, lo tengo en PDF mal traducido, me lo
volví a comprar legal en Kindle).
- Tejido empresarial: lo tenemos muy tocado, China tiene todas las
papeletas para aprovecharse. Necesitaremos proteccionismo a lo Trump. Y
uno de los remedios es, frívolamente, spend spend y spend con un poco de
cabeza, nada de chinadas, gastar y disfrutar de personas, no de cosas.
Luego ya veremos, pero cuando el dinero se mueve muy deprisa, parecemos
más ricos. El pueblo tendrá que aprender también los conceptos de
“inversión” y “gasto”.
- La vida A: momentáneamente como dices se mantendrá la ilusión de
recuperarla. Nuestros dirigentes políticos deben de articular medidas
inteligentes. Obviaré por el momento mi opinión sobre la inteligencia de nuestros dirigentes
hasta ver esas medidas. Por supuesto, y basado en muchos parámetros,
coincido que para un 15-30% de la población será imposible retomarla, ni
reconvirtiéndose.
- La vida B: también coincido; dolerá, pero a la fuerza ahorcan. El
campo, evidentemente, absorberá parte de la fuerza laboral. La renta
básica… vale, pero muy básica.
- La vida C: espiritual. Una adaptación psicológica, emocional,
religiosa… tendremos que elegir maestros, pocos pueden ser de sí mismos. Necesitaremos valores, dado que los bienes de consumo ni
tendremos ni podremos ni el mundo puede, a ver si les convencemos a los que
vienen detrás.
- Ya sabes que soy pro-catastrofista como tu. El déficit
alimentario es solamente uno de los riesgos que nos amenazan, hay muchas
profecías de apocalipsis que, sin llegar al exterminio (casi imposible) acechan. Si falta el petróleo no estoy tan seguro, pero si me falta
de comer, mataré, tenlo presente.
Gracias por su atención, servidor de usted cuya vida guarde Dios muchos años (reite, reite, pero yo lo he escrito bastantes veces).