jueves, 30 de octubre de 2008

¡Nos vemos, Eduardo!

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaria al señor para poder ser el guardián de tu alma.
Si supiera que esta fuera la última que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefínidamente.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría te quiero y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaríadecirte cuanto te quiero y que nunca te olvidaré.
(Gabriel García Márquez, fragmento de su carta de despedida de la vida pública)
Es el epitafio que leyeron ayer Menchu, Marta y Sofía. Tus mujeres, que decías.
Eduardo Urbiola. Amigo, colega, vecino, paciente, y un ejemplo de serenidad ante una rápida e inevitable muerte. Como decía hace poco, no se muere hasta que se olvidan de uno, y te auguro una muy larga vida. Gracias por todo.

Y el muerto, al hoyo, y el vivo al bollo (cuidao que soy bruto...).

8 comentarios:

Tordon dijo...

Siento la muerte de tu amigo.
Y , ya se sabe :"Demasiado tardíos los laureles que florecen en la tumba" y que "no sabemos ni el día ni la hora"
Por eso ¡¡¡os quiero a todos!!!Porsia.

Pele Ón dijo...

Vale, siéntelo, gracias, pero un ratito sólo; luego, vive.

anita dijo...

Sí, lo importante es ser un "tiovivo"

Pele Ón dijo...

¡Huy, Anita, una nueva...!
¿no tienes foto? (se vale enmascarada)

anita dijo...

Si, y soy muy guapa, pero prefiero que se fije en mi inteligencia

Pele Ón dijo...

Mujer, me lo podías poner más fácil... Todo a su tiempo, tranquila.

Anónimo dijo...

Y sigue:...
"
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para un sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.
¡ cuánto daño hace esa última frase del autor del blog!

Anónimo dijo...

No eran tus mujeres sino "tus chicas"