Como de costumbre, el Zapatero ha vuelto a las andadas. Débil, sin carácter, absolutamente inútil, todo lo contrario de lo que debe ser un hombre de estado, ha dejado en un lugar deplorable a la diplomacia y a España, y todas las partes que no son los chavistas (algunos parciales y otros imparciales) le han acusado de no ser mediador sino parte, a favor de quien te imaginas.
No te fíes de mi, lee y opina.
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