miércoles, 26 de septiembre de 2012

AMALGAMA DENTAL: PLATA Y MERCURIO, I

Van ya siendo legión quienes me demandan la retirada de los empastes de amalgama. Y en cuanto me ven en la web de la SEKMO, pues vienen corriendo, confiados (y con razón). Y en fin, de todo me encuentro. Y como el último voluntario es muy de confianza, pues aprovecho para hacerlo de forma pública y planetaria como le he prometido.
En esta primera entrega, describiré someramente mi propia historia con las amalgamas, la que he vivido yo. Y además, aconsejo repasar en primer lugar las entradas de MERCURIO I y MERCURIO II para entrar en el tema. Autorreferenciarse es una de las primeras normas de autopromocionarse. Y hablando de autopromoción, esta semana bautizamos al niño, os pasaré fotos.
Total que, entre contar, referenciar y redireccionar, me he alargado, así que haré una breve introducción y futuras entregas del folletín:
La amalgama dental se compone de aproximadamente un 55% de mercurio (dicen que un 50, pero se manejaba mal, todo el mundo poníamos un poquito más). Es una mezcla de metales, pero no constituye una aleación sino un eutéctico (en tiempos me sabía qué era eso) que en la práctica supone que todos sus metales conservan sus propios enlaces (o casi) permaneciendo libres en la mezcla. Eso provoca que esos mismos metales, entre ellos el mercurio, se liberen lentamente a lo largo de toda la vida del empaste.




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