He empezado mi Cruzada contra los comerciantes y mercaderes que ocupan el templo de la Deontología Profesional. Será difícil, pero espero que, poniéndome delante, me sigan todos. Se lo pongo fácil, también hay que decirlo, si no se mueven, la cosa es más grave de lo que pensaba.
Aún quedan algunos movimientos por hacer, pero ahora, fundamentalmente, a esperar el contraataque.
Más valdrá un mal acuerdo que un buen pleito, espero.
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