Lo he leído por ahí, en un buen artículo, que no he podido pillar, pero seguro que encuentras referencias diversas, entre otras, mi maravilloso e inigualable blog, lo llevo diciendo demasiado tiempo, aunque no le había puesto nombre. Se trata, simplemente, de convertirse en una necesidad emocional del consumidor. Y eso, no lo consiguen (sólo) con un buen producto, sino con una buena imagen. La decisión de compra suele, generalmente, estar ya presente en el subconsciente, se genera desde el cerebro reptiliano, ligado a las compulsiones y adicciones (léete, cuando esté, el libro de Kine, ahí lo explico algo más) que escucha, fundamentalmente, al que tiene justo encima, el sistema límbico del hipotálamo, responsable de las emociones (como va de kine, no me he dejado extenderme mucho, pero no me pinches, no me pinches...)
El sistema de percepción racional consciente (uséase, las entendederas) también sirve, pero siempre acaba ganando Mr. Hide.
Edúcalo, pues, como Dios manda, que puedes.
1 comentario:
Somos esclavos de nuestras pasiones. Nos puede la víscera sobre la mente racional. Es más fácil dejarse llevar por lo reptiliano que comentas, que hacer el esfuerzo mental de racionalizar la compra, de producto, de mensaje, de ideología...
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