viernes, 22 de abril de 2011

Dios aprieta, pero no ahoga


Menos mal que, cuando aparece el Diablo, Dios nos da las armas para combatirlo, y también aquí mismo, en casita. Parece un juego de rol.
Lo que no sé si el módulo de Monseñor será obligatorio...
Y la tremenda y eterna duda de quién es quien, Dios o Diablo.
Y la respuesta también clásica, que aquel a quien alimentemos mejor, que los llevamos los dos dentro.

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