domingo, 10 de abril de 2011

LA$ UNI$

Parece que el debate empresa-universidad no sólo colea por aquí, también allende, dado que las empresas cada vez más a menudo se implantan en la sacrosanta institución, y barriendo para casa, como es de esperar. Los puristas siguen afirmando que la cultura debe permanecer al margen de los intereses corporativos, y no les falta razón, el problema es el de siempre: ¿quién paga qué?. Museos, fundaciones, filántropos, mecenas, patronos, protectorados, educación pública, privada... vale lo del amor al arte, pero con lo que sobra, no de lo que falta.
Mirad el teclado, justito encima del 4 ($), y debajo de la E(€). Bien cerquita está. Impregna todo. Todo, lo bueno y lo malo, se hace con dinero. Pecar (vicios pocos y caros) suele costar un poco más que cultivar la virtud (eso cuesta esfuerzo) pero todo cuesta.
Nosotros también costamos, claro. El problema no es lo que valemos, que todos mucho, sino lo que pedimos. Y por mucho que pidamos, las cosas valen lo que dan por ellas. Ni más ni menos.

Otra cosa es la dignidad. Que no te des por lo que te dan. Vale, pero no quites.

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