La otrora calamidad bíblica milenaria que azotaba a la humanidad, causa incluso de nulidad matrimonial, afortunadamente es ya agua pasada en mi cabaña y casi todas las demás. Cierto es que hoy en día hay que oler a algo en la boca, el alerón y la entrepierna, bien impregnado de feromonas por cierto, pero en la cara, lo que mejor huele, ya se sabe que es una sonrisa.
Y además, sienta bien a uno mismo, forma parte de cualquier terapia: ríe, sonríe, aun sin motivo, luego lo demás viene solo.
1 comentario:
Estimado Peleón:
Compruebo- por la foto- que ha encontrado usted el eslabón perdido.
¡Enhorabuena!
Salu2
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