
Es complejo explicarlo, pero en resumidas cuentas quiere decir que busquemos aquello con lo que nos sintamos felices, realizados, armonizados, e independientemente del resultado (aunque los hay masocas, claro) nos entreguemos a ello con entusiasmo. Los más listos nos convencen de cantar SU canción, no la nuestra (una habilidad que también conviene desarrollar) y tenemos que buscar hasta encontrar un acorde que nos suene bien, y que cuando le recemos a Jesusito por las noches, le agradezcamos que nos lo haya puesto delante para disfrutarlo.
Ni más, ni menos, que lo que necesitamos todos, con o sin coachers, psicólogos, aduladores pelotilleros... Los garbanzos se consiguen tragando algún sapo, eso es inevitable, por mucho que parezca, las películas de Walt Disney NO están basadas en hechos reales. Es más, casi, ni siquiera la realidad son hechos reales, y si no, que se lo pregunten a los periodistas.
Con esta trilogía filosófica, y empezando ya a aburrir, declaro reducir un poco mi carga ejemplarizante y frecuencia de palizamiento en este foro hasta nueva comunicación (me parece que no me lo creo no yo).
1 comentario:
Bueno, por intentarlo que no quede.
Aunque los vecinos se quejen de los decibelios
Salu2
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