lunes, 21 de diciembre de 2009

Ni una lágrima de aceite

Había soportado largos periodos sin atenciones. Descuidos, abusos, indiferencias. Nunca le dimos el cobijo que tuvieron sus hermanos, él siempre a la intemperie. Había cumplido ya 21 años, que traducido podríamos asumir centenario, y aún andaba sin ayudas (bueno, unos aditivos, digería mal la gasofa sin plomo). Sus leves achaques (quedarnos sin frenos, sin luces de repente, chorrear gasolina, entrar agua cuando llovía...) habían sido casi solventados y paseaba orgulloso su estrenada juventud (a sus años, de noche, veía mejor que la Voyager). Aunque sufría de pequeñas incontinencias (líquido de frenos, el retén del cigüeñal...) todavía no eran como para usar pañales ni compresas. La rueda de repuesto sin estrenar. Todo funcionaba, aun con cierta dureza artrítica, nada para alguien que aprendió en tractor recompuesto de chatarra.
Nunca nos contó quién le bailó encima, hundiéndole el techo; debió de gustarle, aunque le doliese; sé que llevaba mucho sin sentirse tocado por nadie. Agradecía los paseos con Txokete, a pesar de los pelos, barro y olores que desprendía. Le dejaban un cálido recuerdo humano durante días, que contaba orgulloso a los amigos que aparcaban cerca, que no siempre le comprendían, aunque nunca les chivó lo que sabía de "aquella aventura" que tuvo nuestro peludo chaval con una alegre jovencita (ni a nosotros nos reveló si incurrió en perrerastia) que conoció en el parque, y de la que nos mandó una postal desde no se sabe qué exótico destino.
Se imaginó ya lo peor cuando le despojé de sus papeles, convirtiéndole en apátrida (firmando, aun él vivo, su defunción administrativa) los triángulos, el chaleco y las esterillas. Sufrió los últimos días viéndome pasar por su lado alejado de la acera, apartándole la mirada, y sabiendo que, su caducadísima pegata de la ITV era libidinosamente codiciada por todos los munipas del barrio, en cuanto le vieran circular.
¡A él le iban a hablar de ecología, ahora que estaba de moda!. Hace 21 añitos, y ya andaba perfectamente con menos de 4 litros a los 100. Y carburación atmosférica (algunos mecánicos nuevos ni saben qué hostias es eso). Austeridad máxima, y ¡sorpresa!, al abrir el capó, encontrárselo casi vacío, a diferencia de los actuales, que tienen todo todo atiborrado de chorradas como el servo, el compresor del climatizador, el turboinyector y otras leches; ya se sabe que, cuantos más cacharros, más cosas a estropearse. Él nada, nunca le fallaron las piernas, nunca ¡nunca! se quedó (ni nos dejó) tirado, siguió siempre adelante a pesar de sus dolores y quejidos.
Y por fin, aun sabiendo que podía subir solo, y que podía además ir por su pié a su postrer lecho, sufrió en silencio ser arrastrado inerme al furgón fúnebre, cual tocino a su matanza, sin rugir por última vez su humilde motor que arrancó siempre a la primera (con starter, su generación lo traía de serie, ¿te acuerdas?).
Ni una lágrima. Ni un quejido. Ni un adiós. Ni un toque de bocina, empañada su voz por su cercano e inexorable destino. No pude estar presente; no tuve valor, y me faltaron pañuelos cuando, de espaldas, y de lejos, le hice la última foto.
Gracias. Ya lo sabías, pero gracias otra vez. Tu cuerpo denso ya ha sido desmembrado y ofrecido a los buitres. Deseo que tu cuerpo sutil encuentre la luz, eres todo un experto caminante.
Adiós.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como ya he dicho por otra via... ¡¡¡¡¡ que me lo quedo, que le busco un sitio caliente y que se este alli quietico con la baja!!!!!!!!!!!!

Ovetdao dijo...

Hoy tengo el día tontorrón y a mí sí me ha caído una lagrimilla.

Sniff, qué triste y qué guapo.

Un beso, Peleon, y te acompaño en el sentimiento.

xto dijo...

ADIOS CON EL CORAZON QUE CON EL ALMA NO PUEDO.... AUNQUE MATERIALMENTE NO ESTES A MI LADO TU ALMA ESTARA SIEMPRE AQUI.
SNIFF SNIFF SNIFF.

QUIEN LO SUSTITUIRA NO LLENARA NUNCA EL LUGAR QUE EL OCUPO