Pues...

Dado que recientemente nos hicimos eco de los Ignobel, no está de mas dar el mismo honor a los nobel. Claro está, el más comentado, el de Obama.
Como él mismo reconoce, cree que es más por lo que piensa hacer que por lo que ha hecho. En todo caso, hay que reconocer que ha cambiado radicalmente la imagen de su país en el resto del mundo, aunque todavía no ha cuajado en nada concreto. Sin embargo, y obviando que mejorar a su predecesor es realmente fácil, para cualquier persona, un honor de tal categoría es una marca a fuego en su corazón, y es muy difícil, hay que ser especialmente duro para ignorarla. Y estando donde está, creo sinceramente que ha sido un pleno acierto. Lo cual no quiere decir que el camino sea fácil, claro.
El Berlusconi: Simplemente, sin comentarios. Comentaba con mi hija que, cualquier análisis sociológico posible es inabordable, de porqué ese energúmeno sigue ahí. Dicen que tiene los días contados, pero no me lo creeré hasta que pague sus crímenes políticos y económicos, quizá también comunes.
Benedicto diezyalgo: acaba de canonizar a dos españoles. Me lo creería más si la Iglesia concediese esos honores sin distinción de creencias. La película Agora (que no deja de ser una novelización libre de la historia) nos sirve para situar el nacimiento del cristianismo, aunque no fueron ni mejores ni peores que los demás. Amenábar, que es casi un genio, la tiene tomada con los curas, aunque podría ser peor, claro.
Acabamos de tener este finde dos fiestas de apertura de curso paralelas: los falangistas y los abertzales. A poco se convierte en tragedia, aunque han dejado Pamplona, el casco antiguo, como en sus mejores tiempos.