domingo, 7 de octubre de 2007

la música

Junto con el olfato, son los dos únicos sentidos que entroncan directamente con las emociones (y no son chorradas mías, es un hecho anatómico). Todo el mundo es consciente del poder que tiene la televisión y el cine, pero nadie se da cuenta de que, en gran medida, es por la banda sonora, la modulación de la voz del actor, la música... No sé sis podrá incluir olores en el cine, pero seguro que alguien lo ha pensado.
La música es universal. No sé si amansa a las fieras, pero sí que todas las culturas necesitan expresar un ritmo, una melodía, una cadencia mas o menos armónica de sonidos... Cuando conversamos con una persona, existe un lenguaje verbal, otro lenguaje corporal, y otro derivado de no del significado semántico de las palabras que pronuncia, sino del tono, tan importante o más, con que lo pronuncia. La música está siempre unida a ceremonias, ritos, fiestas... las emociones se expresan muy bien acompañadas de música, incluso la música por sí sóla es capaz de trasmitir perfectamente esas emociones.
No soy ni mucho menos experto en ello, y es muy complicado sentar bases sólidas sobre la percepción humana, tan variable. Pequeños matices, en un contexto muy concreto, pueden cambiar tantas cosas... Y si no, que se lo digan a los diplomáticos.
Total, que no he dicho nada de la música. Bueno, pues lo que sea, con música, siempre es más. Las poesías, los manifiestos, las declaraciones... sin música: infumables para la mayoría; con música, perfectamente digeribles. Y si no, que se lo digan a los cantautores.

¡Viva la música! (dilo cantando, anda...)

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