Ya sabeis mis incondicionales que El Semanal (actualmente xl semanal, http://www.xlsemanal.com/web/articulo.php?id=18457&id_edicion=2227) es una de mis referencias periódicas. Por si no lo he dicho antes, me parece una de las mejores revistas a mi alcance, aunque tampoco es perfecta, claro.
Pues bien, en el artículo reseñado, en el que refleja apuntes de un libro sobre nuestra protagonista de hoy, pueden deducirse varias cosas.
1º: la manía maniqueista que tenemos las personas de juzgar. Como la tipa esta nos caía bien, pues todo lo que hace es genial, por sistema. Y las cosas que hace a veces son tan por despecho como por enfermedad. Nunca se sabe dónde empieza una cosa y termina la otra (todos somos enfermos, por otra parte).
2º como el Contrario, el representante de los Poderosos, nos caía mal, pues viceversa. Robar al rico no es pecado, yo lo descubrí ya bien pequeñito, (por robar yo porque me robaron también como rico). El mismo mecanismo procedente al parecer de la envidia cochina, hace que cuando alguien que tenga mucho sufre, nos alegramos. ¿Alguien conoce a alguien muy rico que caiga bien? Mira que es difícil.
3º: Y para caer bien, hay que ser guapo. Y si además de feo, dices las verdades, la política no es lo tuyo, majo. La política, ya lo he dicho, no es una competición ideológica de un modelo de sociedad, sino una pura lucha de intereses, a la que se vende todo, incluso las personas, o el planeta.
4º: cuando alguien o algo se convierte en mito, se aplica el punto 1º, elevado a la n potencia. No está mal, que engrandezcamos las virtudes, lo malo es que a menudo se enarbolan como bandera contra "el otro" levantando más sospechas y más envidias.
En fin... reconozcamos nuestra parte de problema, y dejemos de mirar sólo la parte de los demás (lo de la paja en ojo ajeno y viga en el propio).
Por cierto, los evangelios, como referente moral, son geniales, lo malo es el extremismo, claro. Cualquier día hablaré sobre ellos, aunque Fernando Sánchez Dragó tiene un maravilloso libro, "Carta de Jesús al Papa", que recomiendo encarecidamente, a pesar de que sea difícil de leer. Es lo más íncendiario y a su vez lo más constructivo que he leído en muchos años (sobre la Iglesia Católica, aviso). Y si no hablo de los evangelios, es porque el mismo autor parece estar preparando su obra sobre ellos, que espero no tarde, osea que mis comentarios seguramente, sobran.
Amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario