Como en el toreo, todo son opiniones, cada cual habla de la feria según le ha ido... y como nos ha ido a casi todos mal, pues a saber.
Pero escucha mi opinión: aparte del virus, lo peor que ha pasado por la reciente historia de España (la mía) han sido los dos últimos gobiernos socialistas.
Sin embargo, como digo, elegimos a los políticos según expriman la vaca y repartan. Como no remuneres a tus followers, no te comes una rosca; de dónde lo saques, es tu problema. El sentido de estado, de responsabilidad, honestidad, de creación de país, de estructuras firmes de convivencia... eso queda en un segundo plano. Incluso la ecologia: queda chuli para envolver cosas, pero poco más. Los mercados sostenibles no tienen nada que hacer ante la poderosa distribución industrial, que nosotros, los consumidores, alentamos.
Para muestra, valga un botón: como empresario, he tenido varios periodos en mi vida en los que he ido contratando gente, fundamentalmente dentistas. Y todos, casi sin excepción, en vez de aceptar un trabajo serio, honrado, con vistas a largo plazo, con buenas condiciones laborales (como lo que les ofrecía yo) por algo más (no sé si poco o mucho) se iban a trabajar a las franquicias u otros dentistas, que a base de robar salud, pagaban más que yo.
Otro ejemplo: tanto el Gobierno (todos, también la oposición) como cualquiera que pueda sacar tajada, instauran el MIEDO. El miedo vende, atenaza, nos vuelve sumisos... Los media fomentan el producto para venderse, no tienen conciencia de servicio ni de deber de informar, sino de sacar tajada de lo que sea. Como decía Juan Luis Cebrian en una entrevista, cuando entraron los financieros en la dirección (no sólo de El País, sino de todos los medios) y salieron los periodistas, el objetivo cambió, y en vez de informar, era ganar dinero. Hasta los independentistas. Si hay tantos es porque durante largos periodos de tiempo, serlo era muy rentable, y si no, que se lo pregunten a la saga de los Pujol (el caso vasco es más complejo, ahí el dinero influye menos, hay que reconocerlo).
Ahora mismo, estamos soportando la última estupidez del Sanchinflas: las mascarillas, que me parecerían genial en su momento, pero... ¡¡el 21 de Mayo...!!. Te invito a la insumisión moderada y razonada, y sobre todo protestada, aunque sea a cacerolazos. Por el momento, el pataleo es de lo poco que nos queda, aunque lamentablemente, hasta los cuerpos de seguridad (polis y civiles) han recibido instrucciones represivas casi hasta del pensamiento (al guachap me remito).
viernes, 22 de mayo de 2020
domingo, 3 de mayo de 2020
A VER SI NOS PONEMOS
Esta entradita nace, como otras, como epístola filial, pero cuando me gusta, pues la comparto; que os aproveche.
Una de
las cosas que a todos nos ha quedado clara, tras esta crisis, es que la globalización
está bien cuando todo chuta, pero muchas cosas se han derrumbado, sobre todo a
nivel de suministros y estructuras estratégicas.
No podemos depender,
en muchas cosas, de terceros, o al menos, no completamente. Otra cosa es que el socio (quien ya sabemos) aspira a hegemonía y dominancia (como todos, claro) y con intereses geopolíticos oscuros (algo más que todos). Como yo con el huerto. El 95% del esfuerzo, sería empezar (si un día empiezo) a crear y saber mantener un huerto, aunque
sólo saque un tomate, una cebolla, una gallina…. Ósea, el know how. Lo demás,
con las distancias correspondientes, es logística de escala.
Europa
creo (…creo…) se ha dado cuenta de ello, y va a invertir mucho (...creo...) en potenciar la
ingeniería, la fabricación de productos tecnológicos críticos y ensamblaje de los mismos. Los propios fabricantes superseguros reconocen que les
resulta completamente imposible verificar si algún proveedor malintencionado les cuela, entre
miles y miles de chips que lleva ahora todo, uno con instrucciones espías o destructivas de todo el invento (y ha pasado bastantes más veces de las que te imaginas). Un solo chip (o gusano, o troyano, o malware) bien diseñado y colocado, puede inutilizar una central nuclear (reite, reite...) y muchas otras infraestructuras criticas.
Y como
eso, pues mucho más. Detectar y tomar conciencia de un problema es parte de la
solución. A ver. A ver, que tengo dos hijos ingenieros (mu buenos, si).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)