Y no tendría más importancia, si los "¡pobrecicos!" no fuesen personas sin cabeza, y que se merecen una buena colleja, y que ahora aparecen como los buenos, protestando en la calle pidiendo la Justicia que a ellos no se les aplica a "los malos" que somos los demás (vale, quítanoslo, pero no nos pongas de malos).
- los productos financieros de alta remuneración, en bancos sin más activos que los depósitos (la típica estafa piramidal, la última en Chipre).
- las hipotecas, que se firmaron en unas condiciones, y ahora los buenos son los desahuciados, y los malos los que les prestaron el dinero (vale, hay banqueros ladrones, pero como en todas partes, y muy pocos).
- el sistema de pensiones de España, que con la excusa del reparto social, a lo largo de la democracia, ha recortado unilateralmente derechos de las pensiones más elevadas, y varias veces. Si no lo hiciese el Estado, se llamaría "robo".
- las primas a las renovables y a otras muchas cosas, que se firmaron en unas condiciones, y luego van y las cambian.
Enumeraría muchas, pero como dijo Bill Gates en su discurso que dicen que dijo, "la vida no es justa, acostúmbrate".
Y seguirá siendo mucho tiempo así, me imagino pero hay que vacunarse: "de lo bueno, devuelve un poco más, de lo malo un poco menos (Bert Hellinguer).
(últimamente va de Curas, ya lo sé)
No hay comentarios:
Publicar un comentario