sábado, 7 de febrero de 2009

Bolonia

La implantación de los acuerdos de Bolonia en nuestro sistema universitario está siendo contestada (afortunada o desgraciadamente poquito) por plataformas estudiantiles, y por algún profesor también, aunque generalmente se callan porque:
-les da igual y/o
-sus puestos de trabajo no van a cambiar y/o
-sus puestos de trabajo son absolutamente precarios y están mejor calladitos y/o
-tampoco tienen mucha idea sobre el asunto y/o
-tampoco hay mucho que hacer ya.
Sin embargo, es un cambio profundo, de filosofía de trabajo, que ocasionará cambios estructurales importantes, que es de lo que precisamente se quejan los estudiantes:
-el berenjenal de títulos: muchos desaparecen, se unifican
-muchos de ellos, con el "grado", acortan su duración
-al acortarse la carga lectiva, si se quiere tener buenos conocimientos, habrá que adquirirlos en los masters, y ¡Ay!: pagando.
-se abre la puerta a la financiación privada, con persuasivas razones: pasta gansa.
Sin embargo, todo lo que cito, como malo, tiene su lado bueno. Piensa. Si lo descubres, te lo has merecido, y si no, también, acostúmbrate a ser crítico.

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