viernes, 27 de abril de 2007

Mis drogas: introducción


Mecachis... Yo intentando que me publiquen mi ensayo sobre las drogas, y resulta que mi blog me lo estaba pidiendo a gritos... lo malo es que es muy extenso, trataré de ponerlo en capítulos-fascículos, cuando he tratado de poner un texto demasiado amplio, se atasca y no me lo publica.
Pues señor... érase una vez el hombre en busca del sentido... y mientras tanto, se topó de bruces con el placer y se quedó ahí. Lean, señores, lean (algunos ya os lo sabeis, claro). Seguro que a alguno le resuena. Que no te pase nada.

Para empezar, hay que ponerse de acuerdo en qué es una droga; Dado que no es mi intención generar ahora un debate definitorio, estableceré un rápido consenso con una calificación genérica, que admite a su vez otras interpretaciones. Una droga es pues cualquier cosa que es consumida por nosotros para proporcionarnos placer, y que, embotando nuestros sentidos y raciocinio, genera los mecanismos adecuados para inducir más consumo, sumiéndonos en un estado de alienación, ocupando un importante lugar en la vida del individuo. Es decir, le dedicamos más recursos de los que merece, en detrimento de otros.
Las drogas en general, son ansiosamente buscadas por el individuo “incompleto”. Una persona sana, equilibrada, con sus necesidades afectivas cubiertas, es muy raro que se “enganche” a hábitos o consumo de cualquier cosa con el fin de tapar un problema emocional. En general reconoceremos fácilmente que determinado producto o hábito se ha convertido en dañino, cuando su ausencia provoca ansiedad y desasosiego en el individuo. Por ejemplo. El paciente “necesita” el chocolate, el café, el tabaco, la televisión, el azúcar…. El paciente cree que la ansiedad la produce la falta de la droga, pero en realidad hay que buscar su origen último en trastornos emocionales. Por el contrario, el típico “síndrome de abstinencia” es un problema somático, corporal, que se instaura cuando la adicción es ya antigua, ha cambiado el metabolismo corporal, las células necesitan esa droga.
El placer es un viejo compañero de la vida. Probablemente, el motor aparente del mundo es el placer. Todos los seres vivos han sido condicionados para que, movidos por el placer, sostengan los mecanismos básicos de supervivencia. Todos los actos vitales: alimentación, defecación, búsqueda de refugio, y cómo no, tenía que salir, claro, el sexo y la reproducción, se realizan porun estímulo de placer del individuo, que busca afanosamente su satisfacción
Quedándonos ahora en la esfera racional, el placer, por su naturaleza, puede en ocasiones convertirse en un fin en sí mismo. Todos los vicios son, en sí, una exageración de la búsqueda de placer. Como ejemplo, nos sirven los 7 pecados capitales, aunque si investigamos en otras culturas y religiones, seguro que encontramos patrones parecidos. Todos los pecados son uno: egoísmo.
Los placeres pueden clasificarse, a grosso modo, como materiales y espirituales. De los primeros tenemos abundantes ejemplos, es en lo primero que pensamos en cuanto hablamos de placeres: comer, beber, fumar, eso... Como placeres espirituales podemos citar la música, las artes plásticas (pintura, escultura...) escénicas (teatro) la meditación, la mística, el conocimiento... incluso pasear por el monte o contemplar un paisaje.
Los que conocemos como “vicios” casi siempre están ligados al placer. Algunos parecen afectar estadísticamente a pequeños porcentajes de población, posiblemente tengan cierta base genética: la pederastia, la criminalidad, las drogas clásicas (heroína, alucinógenos, alcohol...) ludopatía (el juego)... Todas las culturas, si tienen oportunidad de expresar dicha “desviación”, presentan tipos especiales de personalidad susceptibles de padecer algunas de estas alteraciones, y suelen ser relativamente inmunes a otras. Por ejemplo, muchos pueblos soportan muy mal la introducción de las bebidas alcohólicas, a pesar de que en la cultura mediterránea y anglosajona llevamos miles de años con ellas, y toleramos los efectos perjudiciales de los mismos. El “hombre blanco” ha utilizado a menudo las drogas con ansias expansionistas, para destruir a dichos pueblos. El alcohol es, con mucho, la peor droga de nuestra sociedad, la más dañina. Si la tenemos en todas las casas, será también porque nos proporciona placer suficiente para soportar sus efectos adversos. Sin embargo, todos los pueblos mas o menos tenemos los mismos vicios, aunque se manifiestan de forma y frecuencia diferente.

domingo, 22 de abril de 2007

Que por mayo era, que por mayo


cuando hacía la calor. Pues bien. Ya desde primeros de abril hemos tenido que poner los toldos de la consulta a mediodía, porque el sol aprieta bien. Será del cambio climático...
Andamos todos desperdigados. Uno en Bankog, pensando en Zaragoza y con la mirada puesta en California; otra en Madrid recibiendo visitas del de Pamplona, otro en Donosti visitando Valencia... Vivir es nuestro gran reto. Hace unos años, el destino nos dejaba pocos cabos sueltos, pero hoy día el problema es no saber qué hacer con tantas opciones.
Ya se ve que hoy digo más chorradas que de costumbre, pero es que llevaba dos semanas sin escribir, y los genios también tenemos temporadas esmériles. Mi público se impacientaba, algo tenía que publicar.

domingo, 8 de abril de 2007

Leonardo Bof


Por alusiones, transcribo algunas de sus frases encontradas al azar en la web (abril 2005) que le hizo la Asociación Universitaria Carlos Marx (osea, absolutamente imparcial por otra parte, estais avisados):
La curia tiene miedo a los laicos, a las mujeres y a los pobres
Lo que se opone a la fe no es la negación de Dios o el ateísmo. Bíblicamente, lo que se opone a la fe es el miedo
...y la voluntad de ser ciudadano activo y no un consumidor pasivo de bienes religiosos.
Otra frase anónima encontrada en el mismo post: a veces la razón se pierde por la manera de defenderla.

LaPasión


He estado un par de días en La Torre, disfrutando del silencio, de la guitarra y de lo contento que estaba Txokete. Como única voz acompañante, Radio Nacional (no soporto los anuncios, y RN es por el momento lo más imparcial y bonito que existe en los media, o medios de comunicación social, o vehículos periodísticos). Como tema de fondo: las procesiones de la Semana Santa.
Asombrábame antes ya de partir, y desde hace un tiempo, el tratamiento que la sociedad ha empezado a hacer de las manifestaciones del fervor popular. Las ha convertido, a todos los efectos, en fuente de turismo, de ingresos, de intereses interesados... Todo se mercantiliza, y si nadie le pone remedio, acabaremos con cofradías y pasos que se alquilen para salir, aderezados de su abigarrado atrezzo, cuando lo solicite un autobús de millonarios chinos o rusos, que nos tirarán monedas, o nos pagarán por hacernos una foto de nazarenos, por no decir que se venderán por internet trajes de nazareno de cuero negro con látigos para masoquistas, con/sin sexo, drogas, perversiones, ritos satánicos...
No me preocupan las manifestaciones extremas como las descritas en último lugar, sino las habituales y masivas. Que cantar una saeta con profunda devoción se convierta en moneda de cambio es algo que debería afearnos, y lamentablemente, es posible que tenga que surgir un integrismo (completamente absurdo también, normalmente peor que lo que trata de combatir) más extremo que el de los chiítas para que resurja el sentimiento popular.
Sin embargo, creo que tampoco es el camino. La religión, uno de mis temas recurrentes, junto con el ecologismo (el de los derechos humanos ya no me preocupa tanto, lo explicaré en algún post) tiene que cambiar profundamente. De siempre, la religión de base es lo mejor que tenemos los hombres, el mejor medio de alcanzar la verdadera felicidad (me sirven casi todas las religiones). Está y seguirá estando siempre, en eso no tenemos remedio, pero en su vertiente institucionalizada, desde el nacimiento de la civilización, ha estado ligada al poder, como un instrumento más de sumisión, y en eso han pecado y siguen pecando prácticamente todas. Si no cambian (habrá que repasar a D. Leonardo Bof y su teología de la liberación) se irán al cuerno.
Cuerno por otra parte enarbolado por el Maligno, que últimamente parece que no existe, ya veremos en qué queda. Pocas religiones han criminalizado tanto el mal como la nuestra; normalmente el mal se considera parte inevitable del bien, una fuerza natural contrapuesta al bien, lo que le falta al bien para alcanzar la perfección...
Cuentan que, tras la batalla celestial, derrotado Lucifer (el segundo de a bordo por mas señas) y conducido encadenado a la presencia del Altísimo, le increpó de esta manera:
"Si eres tan misericordioso y magnánimo como dices (ya veis que le tuteaba descaradamente), y que has vencido, puesto que tú has sido el creador de todo, concédeme al menos la facultad de dictar las leyes por las que se regirán los hombres"
No se lo debió de pensar mucho, y dijo Él:
"Ni las tuyas ni las mías: Los hombres se regirán por sus propias leyes"
Y, mientras era conducido a las profundidades del Averno, no supo disimular una maliciosa sonrisa...

martes, 3 de abril de 2007

Mentiras

"La mentira es el pegamento de la sociedad" ¡Qué gran verdad...! mentiría si dijese que la cita es mía, claro. Construimos grandes imperios sobre mentiras, procurando tan sólo que sean bonitas. Las mujeres viven en una medio mentira, en la que pegan verdades para apuntalarla. Los hombres vivimos en una medio verdad, a la que pegamos mentiras para vivir más tranquilos. Los políticos, las empresas, la publicidad... Todo rinde culto a la Mentira, a través de su religión, el marketing, la imagen pública... Ya no importa nada, excepto si interesa. Y los intereses, no nos engañemos, responden a deseos hedonistas, pocas veces a verdades.
Sin embargo, la verdad tiene también espinas. El cínico es aquel que dice la verdad sin importarle las consecuencias (R.A.L.). La verdad la reconocerás porque duele (esto sí que es mío, pero seguro que alguien lo ha dicho ya antes) pero duele por fuera y reconforta por dentro.
La verdad os hará libres (Jesús). La verdad absoluta es también insoportable. La verdad nos impele a compartir las cosas, hasta que vemos que de lo que disfrutamos tan ricamente no hay para todos... (como el chiste: ¡cuidado con lo que dice, que bicicletas tenemos muchos!). La verdad es inalcanzable, un objetivo utópico que nadie tiene derecho a enarbolar para lo que proceda. La verdad hace tanto daño como la mentira, ya que en manos interesadas se convierte automáticamente en falsedad. Y ¡cuántos sacrificios exige la verdad!. No sé si compensan...
La publicidad es la Reina de la mentira. Un ejemplo muy gráfico con el que tengo que pelear a diario: seguro que te piensas que los chicles sin azúcar protegen tus dientes... pues no, los estropean, pero te lo has creído. Y a esta mentira contribuímos interesadamente (¡que te creías! ¿que era por amor a la verdad?) los propios dentistas, con ese dientecito sonriente que te lo promete en los envases. Nada que ver con las mentiras piadosas, que incluso están avaladas por Yavéh y su concesionaria de franquicias.
Muchas de las terapias psicoanalíticas y al parecer, muchos de los trastornos mentales, son por tratar de tapar conscientemente verdades subconscientes, construimos ídolos con barro, aunque nos esforzamos en barnizarlos bien. Y al no soportar esta verdad, nuestro Yo tiembla.
En este mundo traidor,
nada es verdad ni es mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira
Yo creía que era de un autor del Barroco español (no del borroka euskera) como Quevedo, pero de repente en un buscador de Gogle me sale que es de Shespir...
La mentira existe; la verdad tampoco.

lunes, 2 de abril de 2007

Borja's gone


Ha partido, rumbo a su vida. Es la segunda vez que digo algo así de él, pero en fin... che sara sara.
Citas: Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, aciertas seguro. (me han dicho que de Henry Ford)
Hay un mundo nuevo ahí afuera. Eres tú en el de siempre (de un anuncio de BMW).
Che sara sara (de la canción, lo que haya de ser, será).
Aleja jacta est: un iluminado (en el buen sentido, hay muchos buenos y malos) cruzando el Rubicón.