sábado, 26 de enero de 2013

PERO...

Repito, pocos peros. Los composites, si se hacen bien, con cuidado, duran mucho más de lo que desearíamos. Hacerlos bien cuesta, claro, como todo. Salvo exigencias importantes (en cuyo caso vamos a porcelanas, que cuestan 4-6 veces más y son más agresivas de preparación) cumplen razonablemente la estética, se hacen en un ratico, y con un trabajo muy conservador. Sin embargo, algunos casi no hacen empastes, hacen todo porcelana (¿a que no adivinas por qué?).
Peros: Se les achaca la presencia de disruptores endocrinos, aunque creo que, a falta de estudios serios, son de una importancia casi residual en el ambiente en que vivimos.


Por otra parte, y como todo, de vez en cuando se caen. Si se fuerza la cosa, hasta de un día para otro (por supuesto que me ha pasado y me volverá a pasar, arriesgo mucho) aunque como decía, los míos duran y duran, los voy viendo cumplir años bastante honrosamente.

Como le digo a mucha gente, antiguamente, 
el mejor material era malo. 
Hoy, el peor es bueno.
(¡Ojo! digo materiales, no dentistas).

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