Era lo que ahora conocen como viral (en este caso, más falso que San Judas Iscariote) que al parecer es una información producida e introducida en los circuitos adecuados, para que, interesadamente, se disemine a través de la red por autoreplicación. En este caso, los vectores de propagación somos nosotros.
Quien tiene boca, se equivoca. Deberíamos penalizar duramente a quien promociona la mentira. Los más representativos son los que te venden algo, en cuyo caso normalmente estamos un poco prevenidos, ya sabemos que mentir un poco se vale (por no decir que todo lo que soportemos). Pero en el caso de los futbolistas (quizá en algún otro deporte de competición también se dé) que cobran en un año más de lo que yo ganaré en varias vidas, y que simulan faltas, penaltis... lo que me parece intolerable. Desgraciadamente, es un problema también muy difundido, pero más disimulado, entre los media. Es imposible producir información fiable, prácticamente toda es interesada.
En fin, para que no os fieis ni de vuestro padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario