lunes, 5 de octubre de 2020

DESERCIONES

 Por evolución natural, y sobre todo sacudido por la pandemia, recientemente he tenido que cerrar una de las sedes de mi negocio, malvender otra, cesar como autónomo normal y pasar a autónomo societario, obras de remodelación del negocio superviviente, obras de transformación del cerrado, permisos, licencias, modificación de actividad del local... Solicitado ERTEs para trabajadores, requerido trámites a la S. S. (tesorería, afiliaciones...). En mi entorno familiar inmediato, un hijo ha cerrado otra empresa (iba mal ya antes de todo este follón) una hija ha cesado en su contrato y empezado otro nuevo, y por 2 veces (en Mayo y ahora en Octubre) y ha intentado hacer las gestiones para percibir unas semanas el paro (poco pedía) pero ha sido imposible. También en mi entorno, he tenido conocimiento de allegados en situación similar e incluso peor, gravemente desatendidos, en prácticamente todos los sectores de la Administración.


Pues bien. Puedo certificar y certifico que, casi en masa (con honrosa excepción de médicos y sanitarios en general) los funcionarios han tenido una gravísima dejación de funciones, con retrasos, inasistencias, inatenciones, descuidos... Se supone que son personas que trabajan para mi servicio. Se supone que, cuando no cumplen, alguien debería responsabilizarse, tanto de resolver mi gestión como de las consecuencias del incumplimiento. No es un chiste de Forges.

He realizado otras muchas gestiones en el ámbito privado. Bancos, constructoras, gremios, proveedores... y en ningún caso, y lo subrayo, en ningún caso se han producido deficiencias del servicio tan enormes como, reitero, han incurrido prácticamente todos los estamentos oficiales a los que he tenido la necesidad de recurrir.

No deseo pedir responsabilidades, que por otra parte, y desgraciadamente, a los funcionarios les normalmente les trae sin cuidado (tiene bemoles...) pero me conformaría con que alguien dé la cara cuando pregunte algo y me atienda e informe sobre la marcha del  trámite. Pedir que me atiendan como tengo que hacer yo en mi negocio a mis clientes para sobrevivir y pagar los sueldos, ya sería mucho pedir. Y por supuesto, no va por quien, de verdad, considere sinceramente que ha cumplido un poco más allá de su obligación, como decía Obama en su libro, que son las personas a quienes admira, y como tenemos que hacer muchos todos los días.

 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Qué gran verdad y que frustración pensar que, aunque todos suframos del mismo mal, esto no se arregla ni con la vacuna del Covid. Habría que reevaluar a todo el funcionariado y dar oportunidad a quien por méritos y resultados se gane el puesto, pues se piensan intocables cual políticos.
Ánimo!!!

arraizaj dijo...

No puedo estar más de acuerdo, pero creo que la culpa más que del funcionario de a pié, es del funcionario y enchufado “político “ que debe gestionar.. Quien paga un servicio tiene derecho a que se le preste en condiciones y si no lo hacen (el dinero recaudado sirve para garantizar lealtades, votos y pagar sueldos) tienen derecho a rebelarse.